Cada parto es un portal, una travesía única que nos transforma en lo más profundo. He vivido dos partos naturales, uno en el hospital y otro en casa, y en ambos descubrí que más allá del lugar, lo verdaderamente esencial era el acompañamiento respetuoso, cálido y amoroso, la confianza en mí misma y la capacidad de surfear las olas del parto con todas sus intensidades.
La fuerza interna que emerge en el parto
Durante mis partos, hubo momentos en los que sentí que no podía más, en los que el cansancio y la intensidad me hacían dudar. Pero siempre había una voz interna, serena y firme, que me recordaba: puedes continuar. Esa voz era la manifestación de todo un trabajo previo, de la conexión con mi fuerza interna y con la sabiduría que con certeza sé que habita en cada mujer.
El movimiento, la música, la vocalización, afirmaciones y las visualizaciones fueron mis grandes aliadas. Moverme me permitió dialogar con las sensaciones, encontrar espacios de alivio y permitir que mi cuerpo guiara el proceso. La vocalización me ayudó a liberar, a dar sonido a la experiencia en lugar de contenerla. Y las visualizaciones me llevaron a lugares internos donde podía encontrar calma, confianza, entrega y sentir la compañía de todas las mujeres que antes de mí, han parido.
Pero sobre todo, hubo una herramienta que fue clave en este camino: la observación de mis pensamientos. Gracias a la práctica del Kundalini Yoga, había trabajado la capacidad de mirar hacia adentro, de reconocer mis puntos débiles y fuertes sin juicio, y de saber qué hacer con lo que observaba. Durante el parto, esto se convirtió en un ancla poderosa: en lugar de dejarme arrastrar por el miedo o la duda, podía observarlos y dejarlos pasar.
Un estado de conciencia expandido
Parir fue entrar en un estado alterado de conciencia. No estaba ni del todo adentro ni del todo afuera, y al mismo tiempo, estaba en todo incluso en lugares insospechados. Atravesaba las sensaciones y ellas me atravesaban a mí. No había resistencia, solo entrega. Y en esa entrega, encontré una experiencia de parto profunda, transformadora y fantástica.
Hoy, al mirar atrás, sé que no fue solo el entorno lo que hizo de mis partos viajes hermosos, sino el trabajo interno que me permitió vivirlos con confianza y plenitud. Y es esa misma confianza la que quiero transmitir a cada mujer que acompaño: el parto no es solo un evento físico, sino una experiencia de crecimiento y expansión. Una oportunidad de reencontrarnos con nuestra propia fuerza y sabiduría.
✨ Cada mujer tiene su propia voz interna. Escúchala. Confía. Tu cuerpo sabe parir. ✨